EIB – RM: Un vermú y un pintxo

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Juega el Real Madrid. Sí, el sábado. Y como se descuide, se lo pierden, aunque teniendo en cuenta que es el Real Madrid que ‘compite’ (sic) en Liga, tampoco pasaría nada. Pero sí, juega el Real Madrid. En Ipurua ante el Eibar, a la hora (13:00, BeIn Laliga)en  que Tebas dice que es la de los chinos y japoneses pero que no es más que la hora de Roures y MediaPro. Más que jugar al fútbol, lo que apetece a esa hora es un vermú y un pintxo. O un par de ellos. Así que no pasa de ser un partido de aperitivo.

Tras el repasito parisino al descuadernado PSG, el Real Madrid vuelve a acudir al estorbo de la Liga. Con una de las cuatro primeras posiciones bajo siete llaves y a años luz de poder pelear por el título, este tostón que se juega en fin de semana no pasa de ser un entrenamiento con público. Es triste, pero es así. Cuando los esfuerzos se dedican a una serie limitadísima de encuentros por temporada, la gente acaba cansándose, generando desafección. A la gente la Liga le importa un guano, porque ni siquiera sirve para charlar con la familia, o para pelearse con el panadero del Atlético. No hay por dónde rascar una mínima conversación.

Con ese panorama, es de suponer que Zidane rote a alguno de sus jugadores y empiece a darle minutos a Kroos y Modric, al igual que a darle descanso a Marcelo y, sobre todo, a un Cristiano Ronaldo vital para la aventura europea. También debería tener algunos minutillos Gareth Bale, pero lo bueno del galés es que parece una copia con moño de Benzema: ni siente ni padece. Si está enfadado lo pagará con las pelotas de golf, atizándolas de lo lindo, y si está contento, lo pagará con las pelotas de golf, atizándolas de lo lindo. No cambia nada haga sol o llueva. Y tal vez por ahí vengan parte de sus problemas.

El Eibar, por su parte, bien, gracias. Sin Orellana, Fran Rico y Enrich, los de Mendilíbar rondan puestos europeos gracias al buen hacer de su entrenador. En el ambiente armero crece la sensación de conjura para tratar de derrotar al Real Madrid, por fin, en su estadio, pero no se engañen: eso dependerá de los de Zidane. Si salen a jugar no habrá color. Si por el contrario salen a tomarse el aperitivo, decidan: ¿chistorra o un pintxo de bonito?