UCAM 80 – RMB 83 Victoria complicada ante el UCAM

Los blancos salieron airosos de un difícil partido ante el UCAM. A pesar del buen partido de Doyle, Soko y Booker un gran Campazzo secundado por Causeur amarraron la victoria para los de Laso

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El Madrid ganó el partido aplazado contra el UCAM en la siempre complicada cancha murciana. Los locales lo intentaron pero perdieron por pequeños detalles. A pesar de la gran superioridad reboteadora local, Campazzo lideró a los suyos para una nueva victoria. Volvió Llull después de su lesión.

Desde el principio, el UCAM Murcia salió muy serio. A pesar de no contar con un Askia Booker acertado en los primeros minutos, Doyle y Soko les suplían en tareas anotadoras. Así las cosas, los locales toman una pequeña ventaja (10-5 minuto 4) pero los visitantes reaccionan bien remontando el partido. De ahí al final de período será un continuo toma y daca con intercambio de canastas. Ningún equipo tendrá mayor ventaja de 2 puntos. Volvió Llull que suponía una buena noticia para los blancos. Al final del cuarto el 18-19 figura en el luminoso. A pesar de lo que se estaba jugando el UCAM, el público no acompañaba mucho a los suyos para animarles.

El Madrid quería romper el partido (23-28 minuto 12) pero fue un espejismo. En un encuentro con varios errores y no habiendo un gran fluidez ofensiva, el UCAM creyó en sí mismo y consiguió un parcial de 8-0 tras triple del madridista cedido Randoncic que ponía el 31 al 28. El Madrid no se queda parado y le devuelve el golpe a través de otro parcial de 7-2 (33-35) con la entrada de la segunda unidad de Laso. Con el 37 a 39 se van los 2 equipos al vestuario. Doyle y Campazzo los mejores por ambos equipos en un partido que parecía que los blancos jugaban a medio gas.

El tercer cuarto es testigo del despertar de Booker que empieza a entonarse a asumir responsabilidades. Sin tener grandes porcentajes consigue 8 puntos casi de manera de consecutiva. Del 37 a 43 se pasa al 48 a 47 con el vendaval Booker. Otra vez el Madrid reacciona con otro parcial de 7-0 (48-54 minuto 26). Causeur se estaba aliando con Campazzo para poner su toque en el partido sobretodo con sus penetraciones. En apenas 2-3 jugadas el Madrid ya consigue su máxima ventaja del partido (52-63 minuto 29). Los murcianos iban perdiendo gas por momentos y se veían superados, faltos de gasolina. El Madrid, por el contrario, iba controlando la situación con cierta comodidad. La peor noticia era la cuarta falta personal de Tavares. Aún así, el Madrid ganaba 56 a 63 con 30 minutos jugados.

Oleson le da el aire que necesitaba el UCAM (64-65) en los primeros compases del último cuarto. Seguía sin ser suficiente. Los blancos con un 3+1 de Llull entre otros detalles abre de nuevo brecha en el marcador (64-71). Ni siquiera una técnica a Carroll y una antideportiva a Ayón son capaces de desconcentrar a los blancos. Los locales entraron en bonus muy pronto y se vieron penalizados por este motivo. La fe del UCAM les hace incluso remontar el partido con el 74-73. Todo ello sin Askia Booker en pista. Pero Causeur de nuevo es el complemento perfecto para Campazzo, ya sea en contrataque, penetrando o forzando faltas a los locales. Los últimos ataques por ambos equipos son francamente horrorosos, con malas decisiones, fallos tiros libres, pérdidas de balón pero al menos el Madrid seguía ganando 74-78 entrando en el último minuto. Un 2+1 de Soko pone en un puño a los suyos. Y 2 libres de Campazzo deja el 77 a 80 con 14 segundos por jugarse. A pesar de un gran triple de Booker, los blancos se trajeron de Murcia una nueva victoria.

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Madridista desde pequeñito, solo podía ser seguidor del mejor equipo del mundo; bastantes desgracias tiene la vida como para llorar por el deporte y ser fan de un equipo perdedor. Como lo mío no era precisamente ganarme las habichuelas jugando al baloncesto, decidí que lo mejor era verlo desde el otro lado de la barrera, y qué mejor forma que narrar los éxitos del Real Madrid de baloncesto. Mis referentes ligados a este deporte, sin lugar a dudas, han sido la plata olímpica de los Ángeles 84, el colegio San Viator (de donde salieron gigantes como Juan Antonio Corbalán y Carlos Jiménez) y mis hermanos mayores. Después de varios trabajos y alguna estancia en Irlanda decidí sentar la cabeza y ahora presto el mejor servicio al ciudadano desde mi posición de funcionario de la Comunidad de Madrid. No cuajó la opción de ser coordinador de cheerleaders, pero os dejo una foto ellas para que veáis que al menos lo intenté...