RM 0 – 0 BET: Lideratus Interruptus

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Venía la jornada botando: derrota del Barcelona, empate del Atlético. El Real Madrid, conociendo esos resultados, recibía al Betis en el Bernabéu sabiendo que podía acostarse líder. Pero nada, y eso que Zidane trató de ponerle el perfume arrebatador, con Mendy y Modric refrescando el once. Pero nones. Lideratus interruptus. Un gatillazo en toda regla, 0-0, otra vez la falta de gol, otra vez las llantinas por el VAR por una mano de Feddal que el nuevo Reglamento tipifica como involuntaria por un lado pero como sancionable por otro y por un gol anulado a Hazard. Pero da igual: 0-0. Cuando todo venía de cara, cuando sólo hacía falta marcar un golito más que el rival, sólo uno, el Madrid post Cristiano se quedó de nuevo sin su canita al aire.

Es imposible jugar 90 minutos con dos futbolistas menos. Y eso hace el Madrid cuando junta a Hazard y a Modric. El croata es jugador para 20-25 minutos porque ya, a estas alturas de la película, no tiene gasolina para más. El belga es un tipo que va menguando con los partidos según avanza el reloj, pero no por falta de físico sino por falta de punch y de instinto asesino. Los dos madrugaron el partido desatados, pero en cuanto sus termostatos detectaron que el circuito de agua llegaba al punto de ebullición, clic, desaparecieron y nunca más se supo de ellos. Una pena.

Una pena porque el Madrid, hasta ese minuto 25, le estaba metiendo una turra al Betis de consideración, aunque sin gol. O bueno, con uno, bien anulado por el VAR, precisamente de Hazard. Joel Robles comenzó a surgir como figura del Betis pero el abuso de los blancos era feroz. El Betis, con defensa de tres centrales y Bartra de medio centro, era incapaz de dar dos pases, la presión del Madrid era furiosa y el partido parecía que sería cuestión de tiempo. Pero no, el fútbol no es cuestión de tiempo, sino de gol, y el Madrid no lo tiene.

El Betis se refugió en torno a Guardado, Canales y Fekir, que para algo son los buenos, y Loren buscó la escuadra de Courtois sin éxito mientras el equipo verdiblanco ya no sólo evitaba ahogarse sino que además nadaba. Con manguitos, pero nadaba. Mendy, mientras, hacía añorar a Marcelo en cada balón que tocaba: si el postmarcelismo va a ser un lateral que sí, que defiende seguro mejor que el brasileño pero que no hace nada distinto ni trascendental en ataque, esto va a ser muy duro. Casi tanto como la ocasión que marró el lateral francés porque se le bajaron las persianas.

Zidane tiró de Vinicius buscando algo de chicha en el banquillo, Rodrygo no hizo nada mal pero estuvo espesito como el resto del equipo, pero el ex de Flamengo sigue teniendo menos tino que una escopeta de feria. Modric y Hazard eran ya desde hace mucho, mucho tiempo, dos almas en pena mientras Kroos y Benzema no daban a basto en ataque para intentar encontrar un espacio por el que hacerle daño a Joel, Sergio Ramos instalado como delantero centro. Pero no era el día, ni siquiera con el VAR y la doble interpretación del Reglamento sobre la mano, clarísima, de Feddal, que ni marcó Sánchez Martínez ni luego el VAR, mientras Joel Robles, el fútbol es un cachondo, se hacía un lío con sus lentillas.

Ahi no hubo ya nada que rascar. Fueron gafas y no lentillas, 0-0, el liderato que se esfuma, el Betis que por tercer año consecutivo se marcha del Bernabéu con puntos de vuelta a casa, tercer año consecutivo también sin que el Madrid le meta un gol. Sin Cristiano iba a ser duro y lo sabíamos, pero quizás no esperábamos tanto.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.