Cuando el Madrid C jugó octavos de Copa ante el Atlético

0
-publicidad-

Han eliminado al Real Madrid de la Copa del Rey, y eso ha hecho a algunos criticar la nueva fórmula copera puesta en marcha por la RFEF de Rubiales, con equipos participantes hasta de Regional, con eliminatorias a partido único en campo del equipo de menor categoría y con cuatro semifinalistas este año que, según los terraplanistas, los que se creen que el fútbol orbita solo entre Real Madrid y Barcelona, y sólo quizás haya algo de vida en Atlético, Valencia o Sevilla, no provocan que la gente vaya a ver la final. Pero la Copa no siempre fue el tostón de Villar. Hubo épocas que dieron lugar a hechos maravillosos, a eliminatorias legendarias, a partidos históricos. Uno de ellos tuvo como protagonista al ya desaparecido Real Madrid C, al segundo filial del equipo blanco, un peldaño por debajo del Castilla. En 1986, el equipo se enfrentó en octavos de final de Copa al Atlético de Madrid. Al primer equipo. Perdió, pero he aquí el relato de esos hechos. El tercer equipo del Real Madrid, el segundo filial, contra el todopoderoso equipo colchonero de Luis Aragonés y con Quique Setíen en su plantilla.

1986. Copa a partido único

Hay que remontarse a 1986. La Federación Española de Fútbol, entonces presidida por José Luis Roca, decidió cambiar el sistema de Copa del Rey para darle más fuste a la competición. El modelo a imitar, el de la FA Cup, claro. Duró una temporada la prueba, porque en 1987 se recuperó el sistema antiguo. Eliminatorias a partido único hasta octavos de final y 141 equipos participantes, entre Primera División, Segunda, Segunda B y Tercera. Los 18 de Primera, los 18 de Segunda, 20 de los 22 de Segunda B (entonces un solo grupo, no se inscribieron Aragón ni Pontevedra), los seis primeros de cada uno de los catorce grupos de Tercera y el Alavés, descendido administrativamente a Segunda B.

Podían participar los filiales, lo que permitió que Real Madrid, Castilla (en Segunda División) y Real Madrid Aficionados, nombre por el que por aquel entonces era conocido el Real Madrid C, disputasen el torneo. El Madrid Aficionados pudo disputar la Copa por haber acabado la temporada anterior cuarto clasificado del Grupo VII de Tercera División, en el que también militaban Leganés (campeón el curso anterior), Getafe o Fuenlabrada, por citar otros clubes ilustres.

Primeros pasos: Valdepeñas y Atlético Madrileño

El Real Madrid Aficionados era un equipo de imberbes entrenado por un histórico del Real Madrid casi olvidado: Juan Gea. El hombre que descubrió a Butragueño cuando el Buitre aún jugaba en el Calasancio. En aquel equipo destacaban el carrilero derecho Mediavilla, una suerte de Cafú a la madrileña, que igual actuaba de lateral que de interior; Santi Aragón, aquel centrocampista que estuvo en dos etapas en el primer equipo del Real Madrid (inolvidable su gol desde el centro del campo al Barcelona en la vuelta de la Supercopa 90-91) pero que cuajó en el Zaragoza; y José Luis Pérez Caminero, que acabaría siendo gran estrella del Atlético de Madrid y que fuera ex director deportivo del Málaga hasta hace unos meses.

El 17 de septiembre de 1986, la Copa del Rey echaba a andar con su ronda de 124º de final, y el Castilla, entrenado por otro histórico, Juan Santisteban (un beso, Marta), y con nombres como Julen Lopetegui, Julio Llorente, Gay, Aldana, Losada, Aragón, Pepe Mel o Maqueda en su plantilla, se despidió del torneo a las primeras de cambio: derrota por 1-0 ante el Conquense en la Fuensanta.

El día siguiente, 18 de septiembre, fue el turno del Real Madrid Aficionados. Le correspondió en suerte el Valdepeñas, con el que compartía grupo en Tercera y que había acabado segundo la campaña anterior. Y los de Juan Gea ganaron en La Molineta, 2-3. El siguiente rival era otro filial, el Atlético Madrileño, entonces en Segunda B recién descendido de Segunda y que tenía como gran estrella a Quique Estebaranz. El partido se jugó el 1 de octubre en el Campo 3 de la Ciudad Deportiva de La Castellana, y el tercer filial blanco se impuso al segundo filial rojiblanco por 1-0.

Aficionados matagigantes

Las cosas comenzaban a complicarse porque en la tercera ronda ya entraban en liza los equipos de Primera División. Y al Real Madrid Aficionados le tocó en suerte uno de ellos, un coco: el Racing de Santander. Entrenado por un técnico legendario aunque fuera por sus tácticas defensivas, José María Maguregui, y con jugadores como Liaño, Sañudo, Gelucho, Álvaro Cervera, Piru, Isidro, Miro… La crónica de Tomás Roncero, por aquel entonces en Mundo Deportivo, no deja lugar a dudas. Los cachorros blancos ganaron 1-0, gol de Vallejo a centro de Mediavilla, y aún pudieron ser más, porque en los instantes finales le fue anulado el 2-0 a Caminero.

En cuarta ronda tocaba otro hueso: Las Palmas. Otro Primera. El equipo dirigido por Ferenc Kovacs, con Juanito en el eje de la zaga, con Marrero y Yoyo en el centro del campo, y con el chileno Contreras y el canario Andrés en la punta. Cinco mil espectadores se dieron cita el 5 de noviembre de 1986 en el Campo 3 de la Ciudad Deportiva, entre ellos el seleccionador nacional, el insigne ex entrenador madridista Miguel Muñoz. La cosa no comenzó nada bien: Andrés hizo el 0-1 en el segundo remate amarillo del partido, al poco de comenzar el segundo tiempo, y todo parecía visto para sentencia. Pero Ruiz logró empatar en el 76′, tras un córner botado por Aragón, y en la prórroga se produjo la gran explosión de Caminero: hizo el 2-1 tras un jugadón brutal, quebrando a tres adversarios y colocando un zapatazo al segundo palo, y el 3-1 al irse en velocidad de un rival y cruzar ante la salida desesperada del meta grancanario, Juan Antonio Pérez. El Real Madrid Aficionados ya estaba en octavos de final, entre los dieciséis mejores.

Y llegó el Atlético…

Para eso aún quedaba. El partido de ida de octavos de final no tendría lugar hasta el 28 de enero de 1987. El sorteo fue diabólico y emparejó al Real Madrid Aficionados, un equipo amateur de Tercera División… con el Atlético de Madrid. Con el primer equipo, a cuyo filial ya había ganado en la segunda ronda. Y en una eliminatoria a doble partido. La ida se jugó en el Vicente Calderón. El equipo fue dirigido en ese primer partido por Jesús Martínez Jayo, quien había sustituido a una leyenda madridista, Vicente Miera, en el banquillo rojoblanco.

Ante 8.000 espectadores y con Vicente Calderón en el palco, el Atlético formó con Elduayen; Tomás Reñones, Ruiz, Arteche, Rodolfo; Julio Prieto, Landáburu, Marina, Rubén Bilbao; Julio Salinas y Uralde. En el segundo acto también jugaron Paco Llorente (padre de Marcos Llorente) y Quique Ramos. Mientras, Juan Gea dispuso sobre el ya derruído estadio rojiblanco a Diezma; César, Ruiz, Pérez Hurtado, José María; Mediavilla, Aragón, Alcaraz, Mantecón; Vallejo y Caminero. El partido fue una guerra: el filial madridista endureció el juego muchísimo, y un gol de Julio Salinas pareció templar los ánimos. Un penalti por manos de Rodolfo en el 44 le dio la oportunidad al segundo filial blanco de igualar la contienda, pero Elduayen rechazó el disparo de Mediavilla. No pasó gran cosa en el partido, salvo las incontables faltas madridistas, que adolecieron de una agresividad mal entendida, y la enorme pitada de los rojiblancos a su equipo, incapaz de triturar en casa a unos aficionados con la camiseta del eterno rival. Al final, 1-0 y a la espera de la vuelta.

Crónica del ABC del Atlético-Real Madrid aficionados, Copa del Rey 1986-1987Ese segundo partido se programó para el 11 de febrero. Y Ramón Mendoza, presidente madridista, hizo sufrir al Atlético una de las mayores humillaciones de su historia. No se doblegó ante la presión mediática ni federativa y el encuentro de vuelta entre el Real Madrid Aficionados y el Atlético de Madrid se jugaría en el Campo 3 de la Ciudad Deportiva, no en el Santiago Bernabéu, ni siquiera en el campo 1 del recinto, donde entrenaba el primer equipo y tenía graderío aunque fuera de cemento, un edificio propio para vestuarios y párking. Allá, al final de La Castellana, en un recinto sin gradas, sin techar y en vestuarios compartidos con otros campos de entrenamiento.

Luis Aragonés y Quique Setién, en la vuelta

Los locales repitieron once: Diezma; César, Ruiz, Hurtado, José María; Mediavilla, Aragón, Alcaraz, Mantecón; Vallejo y Caminero. También jugarían Toledano II y Josito. El Atlético, mientras, tenía nuevo entrenador: el ya tristemente desaparecido Luis Aragonés, ex canterano blanco y posteriormente exitoso seleccionador español. Zapatones alineó en la Ciudad Deportiva, ante 9.000 espectadores, a Mejías; Clemente, Arteche, Sergio, Rubén Bilbao; Marina, Landáburu, Quique Ramos, Paco Llorente; Julio Salinas y Da Silva. También jugaron Quique Setién (actual entrenador del Barcelona) y Uralde.

Un gol de Vallejo, de nuevo en un partido accidentado, esta vez con el rojiblanco Arteche repartiendo estopa a diestro y siniestro, igualó la eliminatoria y el sueño de alcanzar los cuartos de final estuvo presente unos minutos sobre el campo. Exactamente, cuatro, el tiempo que tardó el Polilla Da Silva en hacer el empate. A partir de ahí, todo fue cuesta abajo para los rojiblancos: Julio Salinas antes del descanso hizo el 1-2 a pase del uruguayo y Marina falló un penalti tras el descanso antes de marcar el 1-3 definitivo. El vídeo que ilustra esta entrada da fe en imágenes de aquel encuentro.

Sí, el Castilla llegó a la final de Copa de 1980, ante el Real Madrid. Pero el Real Madrid C se plantó en octavos de final de la Copa 86-87 tras eliminar a dos Primeras y meter el miedo en el cuerpo a todo un Atlético de Madrid, a quien hizo jugar en un campo secundario de la Ciudad Deportiva. Historias de un equipo ya desaparecido pero cuyo recuerdo no debe olvidarse…