RM 2 – 0 FCB: Vinicius ata al Madrid a LaLiga

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Vinicius ata al Real Madrid a LaLiga. Y Courtois. Y el que (casi) nunca falla, Casemiro. Entre los tres se bastaron para tumbar a un Barcelona que llegó como líder al estadio de un equipo en plena tamborada de crisis y se vuelve sin liderato y con la banda de percusión en el avión. Los vasos comunicantes, decía Relaño, y toda la razón tenía. El Madrid ganó 2-0 al Barcelona, se aúpa a la primera posición liguera y su candidatura al título sigue impoluta. Estamos en marzo y hay cosas por las que pelear, así que es un adelanto respecto al año pasado, pase lo que pase.

Sorprendió Zidane en el once alineando a Marcelo, no tanto ya con su obcecación por un Isco que está creciendo a pasos agigantados, afortunadamente para el Madrid. Pero la apuesta del galo no salió bien. En la primera parte, Madrid y Barcelona, Barcelona y Real Madrid, parecían dos jubilados en un viaje del Imserso contándose batallitas, lo que éramos hace unos años y para lo que hemos quedao. Courtois salvó al Madrid con un par de intervenciones de mérito, Griezmann mandó al limbo una ocasión de libro, pero el partido era lento, soso, jugado a rimto de vals. Busquets y Casemiro ordenaban el tráfico y sólo Vinicius escapaba de las multas, aunque estuvo bien maniatado entre Semedo y Piqué. El Barcelona era ligeramente superior, pero no remató.

Pareció que lo iba a hacer en el arranque del segundo tiempo. Acorraló al Madrid en su área, se puso a tocar, la angustia blanca en el ambiente se podía cortar con un cuchillo… Y de repente el Madrid se desperezó. Un paradón para la videoteca de Ter Stegen a Isco conectó al Madrid, como si le hubieran descargado la batería de un Tesla en la entrepierna. Toda la energía acumulada que faltó en el primer tiempo se desperdigó en 35 minutos de la segunda, todo a partir de la salida de Vidal, que hizo un partido espantoso en ataque pero que tácticamente es un plus, y la entrada de Braithwaite, que casi marca el 0-1 pero que provocó el 1-0 al despistarse en la marca. Pase en profundidad de Kroos a Vinicius, Piqué le permite disparar sabiendo sus dificultades en el remate, el chut del brasileño sale defectuoso, rebota en el defensa catalán y supera a Ter Stegen.

Carambola, sí, pero Vinicius crea tantísimas ocasiones que alguna tenía que entrar. Es un dolor de muelas, casi siempre para propios, por sus errores, y extraños, que viven acongojados. Ese gol hundió irremesiblemente al Barcelona, ya sin control, incapaz de salir de su área debido a sus enormes problemas de salida de balón, y Casemiro imponía su ley. Casemiro… y Marcelo. Porque el brasileño se pegó una carrera estratosférica para arrebatarle el balón a Messi en una jugada que era el 1-1 tras un fallo posicional impropio de Sergio Ramos. Sí, a veces Marcelo defiende y lo hace bien.

El partido estaba clarísimamente decantado de lado del Madrid, porque el Barcelona no llegaba, ni inquietaba, ni siquiera con el recurso cruyffiano de Setién de poner a Alexanco (perdón, Piqué) de delantero centro y de ordenar a Ter Stegen que subiera a rematar las jugadas a balón parado. Por si fuera poco, Zidane le dio un par de minutillos en el descuento a Mariano, a nuestro Marianator, y el barcelonés marcó el 2-0 en el primer balón que tocó, celebrando entre gorgoritos y lágrimas. El Madrid es líder y LaLiga sigue viva. En marzo. ¡Esto hay que celebrarlo!