RM 2 – 0 ALA: La Liga del bruxismo

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El Madrid sigue arrancando hojas del calendario mientras LaLiga corre jornadas y se acerca a su final. Los de Zidane derrotaron al Alavés (2-0) de nuevo con el bruxismo de los rivales resonando en la noche madrileña, la cantinela deportiva postcoronavirus es el rechinar de los dientes de algunos porque las decisiones arbitrales fronterizas siempre han caído del mismo lado. Benzema de penalti y Asensio de jugada añadieron tres puntos más al casillero blanco, que ya sólo necesita cinco unidades más para que LaLiga, este año tan raro sí, sea blanca

No podía ser de otra forma. El Madrid ahora mismo está en una dinámica en la que, haga lo que haga, se lleva un penalti a favor. La amistad Rubiales-Florentino, forjada en la recomendación de crear la sección femenina futbolera del club blanco, tiene estos extraños vericuetos. Desde que LaLiga volvió del coronavirus, ha habido muchísimas jugadas fronterizas y todas, absolutamente todas, han favorecido a los de Zidane. Ante el Alavés, una cabalgada indomable de Mendy fue cortada por Ximo Navarro de manera igual de escandalosa que de innecesaria. Fue sobre la línea: puede que pulgadas fuera, tal vez pulgadas dentro. El VAR, que es el que tira líneas con la más moderna tecnología (ejem), dijo que dentro. Benzema, ante la ausencia de Ramos, respetó al capitán y lanzó sin Panenka, pero a la jaula: gol.

Más o menos lo mismo sucedió en el 2-0. Benzema recibió de Rodrygo en zona fronteriza con el fuera de juego, quizás habilitado por Laguardia o quizás no, y Asensio aprovechó el pase del francés para fusilar a Roberto. El VAR confirmó que la posición era correcta y dejó a «los otros diecinueve» maldiciendo en arameo.

El partido, que comenzó realmente entretenido, con una clara ocasión de Modric y un remate al larguero de Joselu cuyo rebote sacó Varane bajo palos, fue un bodrio. Como todo lo que viene siendo el fútbol desde que se volvió tras la pandemia. Hay abuelas que podrían jugar ahora y destacarían por su velocidad en banda. El Madrid, con Lucas Vázquez de lateral derecho y Militao de central por ese costado, sufrió en defensa porque el gallego es un parche provisional y porque el central canarinho es como aquel anuncio de neumáticos de antaño: demasiada potencia sin control.

Hubo tres ocasiones más antes del descanso: un remate en propia meta de Camarasa que sacó Roberto, una gran parada de Courtois a remate de Burke y un remate muy defectuoso de Joselu tras jugadón del propio Burke. Entre medias, se lesionó un jugador del Alavés, Ximo Navarro, y también el árbitro, Gil Manzano, que llegó al entreacto cojeando y ya en el segundo tiempo dejó su puesto a Rodríguez Carpallo, alicantino.

En el segundo acto, y tras el 2-0, sólo hubo un equipo en el campo, el que lleva ya cinco partidos consecutivos con la portería a cero. El Alavés decidió dimitir, todos excepto Joselu, guardando fuerzas para la que se le avecina estas tres últimas jornadas para que no le agarre el fantasma del descenso, y el Madrid jugó cuesta abajo, sin oposición: Benzema pudo hacer el tercero pero Roberto se lo impidió, Lucas Vázquez falló increíblemente un remate franco en el segundo palo, Rodrygo vio cómo el meta babazorro le sacó el tercero… pero tampoco mucho más. Al Madrid no le hace falta. Todo le viene rodado desde el parón. Cibeles está ahí, tanto que ya se puede adivinar su perfume en cuanto se abren las ventanas y al que ni siquiera el rechinar de los dientes de los de siempre consigue disimular. Cinco puntos.