En recuerdo de Pedro Casado

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Pedro Casado
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Tiene el refranero español una frase que viene pintada para este arranque de 2021 en la Meseta: «Año de nieves, año de bienes». Lo cierto es que este comienzo de año está siendo histórico en la capital tras el paso de la borrasca Filomena. Mas de medio siglo sin ver estos espesores de nieve en la capital han dejado, por extensión, una comunidad casi cercada. Mientras que aquí intentamos volver a la normalidad, desde fuera de la Península Ibérica han llegado noticias tristes para el madridismo. Este sábado día 9 de enero fallecía en una residencia de San Antonio (Ibiza) el exjugador madridista Pedro Casado Bucho.

Pedro Casado en el campo de entrenamiento del BernabéuPedro Casado había nacido en el Madrid cercado por las tropas sublevadas en 1937. Curiosamente, en una fecha que años después tendría bastante transcendencia: el 20 de noviembre. Casado comenzó a jugar en Vallecas, donde vivía, en los equipos de barrio. Allí fue descubierto por Francisco Gómez López ‘Paqui’, un antiguo jugador del Rayo Vallecano y del Plus Ultra, quien lo llevó al Real Madrid. Se incorporaría en 1954 al equipo juvenil desempeñándose en aquellos años como extremo. En aquella posición siguió destacando y ascendió al equipo amateur. Para el final de la temporada 55-56, José Villalonga decidió llevarse al jugador para la gira por América que iba a disputar el Real Madrid, en especial la Pequeña Copa del Mundo. En aquella excursión tuvo alguna oportunidad y no desentonó.

De cara a la siguiente temporada, aún en el amateur, llegó pronto su debut, ante el Osasuna en septiembre de 1956. Pese a que solo jugaría dos partidos ligueros más con el primer equipo, sí seria un habitual en los partidos amistosos, donde jugaría dieciséis encuentros ese curso. El Madrid le vio futuro pero en su posición de extremo tenia a Gento por delante, por lo cual se optó por cederle al Plus Ultra, club colaborador y no parte del cantera y que se encontraba en Segunda División para la temporada 57-58. Allí estaría tres años completos, el último de los cuales, temporada 59-60, coincidió con un Miguel Muñoz que le recoló, de extremo a defensor. Una demarcación que sería en la que jugaría desde entonces y hasta el final de su carrera. Pese a jugar en el equipo asegurador eso no hizo que el Madrid se olvidara con el, y fue un asiduo en los amistosos del Real Madrid, e incluso participó en giras veraniegas con ellos.

Pedro Casado, en su única internacionalidadPara el comienzo de la siguiente temporada siguió en el Plus Ultra, pero por pocas jornadas. Muñoz, que había pasado a entrenar al Real Madrid, le reclamo en la tercera jornada. De jugar en Murcia con el Plus Ultra paso a jugar la siguiente semana en el viejo Altabix de Elche con el Real Madrid. No volvería a jugar mas con el conjunto azulón. Aquel cambio fue el comienzo de la mejor etapa deportiva de Casado, jugando como titular toda la temporada y tan solo perdiéndose un par de encuentros por lesión. Su juego llamó la atención del por entonces seleccionador nacional Pedro Escartín, quien le convoco para un amistoso. En abril de 1961 debutó con España ante Francia en el Santiago Bernabéu. Fue su única aparición con la camiseta nacional, dada la gran competencia para la defensa que existía en aquel entonces. En las siguientes temporadas, de la 61-62 a la 63-64, seguiría siendo un fijo en el once titular, aunque poco a poco empezaría a menguar su aparición.

La derrota en la final de la Copa de Europa en Viena en mayo de 1964 influyó mucho en Casado. Aunque no jugó en ella fue uno de los damnificados: para la temporada 64-65 no jugaría ningún partido oficial. Muñoz confió para la defensa esa temporada en Miera, Zoco, Santamaría y Pachín. Ademas tenia como recambios a Sanchís y a De Felipe, por lo cual Casado no llegó a jugar ni un solo amistoso fuera de la pretemporada. La 65-66 siguió igual para el vallecano. Si jugó mas partidos amistosos, pero de manera oficial tan solo jugó un partido de Copa, al final de la temporada. Con este panorama el defensa madrileño optó por marcharse del Madrid con destino el Sabadell. Allí jugaría sus dos últimas campañas antes de retirarse del futbol de primer nivel. En total disputaría de blanco 123 partidos en los cuales marcaría unicamente un gol. Descanse en paz.

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Con mi Insignia de Plata en un lugar privilegiado e intentando llegar a la de Oro, nada se puede comparar a la 7ª cuando uno ha sufrido todas las decepciones europeas de la segunda mitad de los 80. Abuelo, lo que hubieras disfrutado con los 11 de blanco, ya tenemos el doble de Copas de Europa desde que te fuiste y aquí seguimos, disfrutando y recordando a todos aquellos que de una u otra manera han hecho posible que seamos lo que somos.