RM 2 – 0 EIB: Chorreo antes del Liverpool

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Fue un chorreo, aunque más por el diluvio de bolsillo del segundo tiempo que por fútbol. El Real Madrid inició sus diez días fantásticos sin rebajar el precio de las toallas o sin vender un albornoz, pero sí derrotando sin paliativos (2-0) a un Eibar que jamás tuvo opciones de hincarle el diente al partido. Liverpool, por partida doble, y Barcelona asoman por el horizonte y determinarán la temperatura corporal del Real Madrid.

Fue el típico partido de entreguerras. Ante lo que se avecina, y tras el parón de selecciones, Zidane decidió rotar y volver a ensayar su sistema con tres centrale, el que está de moda ahora por Europa. Isco y Marcelo eran titulares, y también Asensio, que fue de lo mejor del Madrid mientras estuvo en el campo. El balear es un jugador que no sabes si va a bastos o a espadas, porque siempre te sorprende. Cuando lo esperas todo no da nada y cuando ya no te quedan esperanzas, se destapa con un partidazo. Ante el Eibar estuvo francamente bien, pero que nadie se equivoque: ése es el nivel que hay que exigirle siempre, cada partido.

El Eibar salió a dejarse matar despacito, sin apretar arriba, fuera sus señas de indentidad, y el Madrid, sin Kroos de inicio reservado ante lo que se viene, se dedicó a mecer la cuna con calma hasta que amodorró tanto al bebé que pudo robarle el biberón sin llantos. Primero, error benzemístico de los suyos. Luego travesaño de Asensio de falta directa. Más tarde, gol anulado (justamente) por el VAR al balear. Y acabó el primer tiempo con un gran tanto de Marco, tras un buen pase de Casemiro y un estético control orientado. Era cuestión de tiempo. Fue demasiado, pero fue. Y eso es lo que cuenta.

El tanto madridista, aunque fuera solo uno, dejó el partido visto para sentencia, más aún cuando Bryan Gil se tuvo que quedar en el vestuario lesionado. El gaditano es chispa y alegría, un chorreón de ginebra a una insípida tónica. A falta del internacional español de nuevo cuño, el cielo se abrió sobre Madrid y le dio un soplo para empujar al cuadro armero. Lucas se embarulló y casi trampea a un Courtois que evitó el empate de milagro en el primer disparo sobre su portería, y eso que no era de un adversario.

Zidane puso fin a las pruebas y metió a los titulares en el campo. Vinicius, casi en su primer balón, le puso un pase perfecto a Benzema para que éste, que siempre ha tenido la cabeza para llevar goles de lana y gorras de promoción, clavara su sexto gol de cabeza en esta Liga. Karimtillana, ver para creer. El partido se murió, Arribas dejó algún detallito extasiado de los que sólo cantan sus alabanzas y el Liverpool y el Barcelona asoman la patita por debajo de la puerta. Que vayan pasando.