Madridistas en rojiblanco (y viceversa)

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Oliva, Di Stéfano, Molowny, Amancio, Muñoz y Hon con la camiseta del Atlético
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En el derbi de este domingo 12 de diciembre se vuelven a cruzar los caminos de Thibaut Courtois y Marcos Llorente con sus antiguos equipos. El portero belga, quien tiene una placa en el Paseo de la Leyendas en el Metropolitano, volverá a enfrentarse al equipo que le dio su gran oportunidad. Mientras, Marcos Llorente, vinculado familiarmente a los apellidos Grosso y Gento de gran arraigo en el madridismo, volverá una vez más a Chamartín. Sin embargo esta semana no vamos a hablar de jugadores que se han ido al eterno rival de manera definitiva, sino que recordaremos a aquellos que, teniendo contrato en vigor, han vestido la camiseta del eterno rival capitalino ya no solo en amistosos, sino en algún caso en partidos oficiales. Puede que no estén todos los casos reflejados, pero sí al menos los mas importantes.

Antes de la llegada del profesionalismo a nuestro país, en la segunda mitad de los años 20 del siglo pasado, fue muy habitual que los jugadores se pusieran una u otra camiseta a conveniencia. Si uno cambiaba de ciudad de manera temporal, aprovechaba y jugaba partidos con el equipo de su nueva residencia en tanto volvía a su localidad de origen. Lo mismo se podía hacer en partidos amistosos si se estaba de paso en la ciudad y se tenían amistades en ese otro equipo. Al mismo tiempo, también se aprovechaba para probar a determinados jugadores y ver si gustaba su juego para dar el paso y cambiarse de equipo de manera oficial: como lo de Pedri pero sin frio.

1. Antes del profesionalismo

Igualmente, era recurrente que para jugar determinados amistosos ante equipos extranjeros, o bien en giras por España o el extranjero, se recurriera a refuerzos temporales para fortalecer la plantilla y dar mejor imagen. Esto ultimo incluso era, en algunos casos, otra oportunidad para ser fichado por el equipo. De esta época podemos recordar varios ejemplos. En las navidades de 1918, con la visita de un equipo gibraltareño al viejo O’Donnell, reforzaron al conjunto blanco el guardameta Cárcer y el delantero Gomar. Curiosamente ambos, jugadores del Athletic de Madrid, lo habían sido del Madrid en el pasado. En la temporada 1919-20, con la visita del conjunto portugués del Benfica, los rojiblancos Escalera y Mieg se vistieron de blanco. O años mas tarde, en concreto en marzo de 1925, se alinearon en la delantera madridista Luis Olaso y Monchín Triana para la visita del Boca Juniors. Con el tiempo ambos acabarían jugando en el conjunto blanco. Son pequeños ejemplos de este intercambio habitual de cromos, cuando el amateurismo era predominante en los jugadores y equipos. Nadie pensaba en aquel entonces que una lesión en un simple amistoso podía acabar con la carrera del jugador. Solo se pensaba en el deporte. Con la llegada del profesionalismo y la creación del campeonato liguero se bajó bastante el ritmo, pero continuaron esas ‘cesiones’ temporales. Luis Marín participó en la gira europea que, en el verano de 1931, el Real Madrid realizó por Centroeuropa, mientras que en el verano de 1932 seria Eduardo Ordóñez quien se embarcaría en otra gira madridista, en este caso por las islas Canarias.

2. Después del horror

Tras la Guerra Civil, el ritmo de aquellos intercambios pasó a ser más bien escaso pero de mucha más calidad y, salvo alguna excepción muy concreta, siempre se realizaba para partidos amistosos de cierta entidad y también de homenajes. En este ultimo caso llevaba una doble motivación. Primero de amistad, se solía pedir a jugadores amigos que estuvieran presentes, y después monetaria. En esos años los jugadores, normalmente, no ganaban tanto dinero como para poder vivir de las rentas, por lo cual los encuentros eran una manera que tenían los clubes, a través de las taquillas, para dar mas dinero al homenajeado. Por este motivo siempre se publicitaba a los jugadores invitados y se contrataban equipos extranjeros.

A comienzos de diciembre de 1948, el centrocampista Germán Gómez, en esos momentos en el Racing, recibía un homenaje recordando sus ocho temporadas en el equipo rojiblanco. El rival elegido fue el conjunto neerlandés del Bossche Voetbal Vereniging, con cierto renombre en la época. Para reforzar al Atleti, el Real Madrid cedió al ariete gallego Pahiño, quien participaría con dos goles en la goleada por 4-0. Precisamente el delantero madridista seria requerido un año mas tarde, en diciembre de 1949, esta vez junto a su compañero de equipo Luis Molowny, para otro encuentro homenaje.  El central rojiblanco Alfonso Aparicio, pese a que aun seguía en activo, iba a recibir el calor del público tras mas de una década en el equipo. Esta vez se contrató a un rival brasileño, el Palmeiras, quien recibió otra goleada por 4-1 con Pahiño marcando uno de los goles. Esta vez el gallego solo jugó 45 minutos, mientras que Molowny lo hizo el encuentro entero.

Pahiño, Puskas y Zoco, con la camiseta del Atlético de Madrid

3. También en partido oficial

A finales de mes, el conjunto argentino del Racing Club de Avellaneda comenzó su gira por Europa siendo la primera parada el estadio de Chamartín. Allí el Real Madrid goleó al conjunto argentino por 5-1, en un equipo reforzado por los rojiblancos Riera, en la defensa, y Carlsson, en la delantera. Si bien todos estos partidos eran amistosos, en junio de 1950 el Atlético de Madrid dio un paso más. En aquellos meses el conjunto rojiblanco iba a disputar la Copa Latina en Portugal. Este era un torneo que jugaban los campeones de Liga de España, Francia, Italia y Portugal, con la ‘misión’ de elegir el mejor club del Sur de Europa. En esta ocasión, y dado que el Mundial de Brasil se iba a disputar poco días después, hubo cambios en los equipos y en las formaciones. Los rojiblancos solicitaron a la Federación el poder contar, para un encuentro oficial, con los madridistas Pahiño y Olmedo. El organismo lo autorizó por lo cual ambos jugadores, aún siendo futbolistas del Real Madrid, jugaron de manera oficial en el eterno rival. Sin embargo la desgracia se cebó con Pahiño, quien jugó unicamente el primer partido al resultar lesionado, mientras que Olmedo sí disputó los dos encuentros.

Con un salto en el tiempo llegamos a octubre de 1952. Francisco Campos se había retirado poco meses antes y el club rojiblanco, al cual había pertenecido durante nueve temporadas, le organizó un doble encuentro homenaje. Primero jugaron los veteranos del Real Madrid y el Atlético de Madrid, con victoria madridista por 3-2, para luego llegar el plato fuerte con el once rojiblanco midiéndose al conjunto danes del Boldklubben Frem. El partido no tuvo mucha historia y los locales derrotaron por 4-0 a los visitantes, con la ayuda de los madridistas Miguel Muñoz y Louis Hon, que reforzaron la defensa rojiblanca. Tres años mas tarde, el día de Reyes de 1955, uno de los jugadores ‘One Club Man’ del Atleti, el delantero Adrián Escudero, vio llenarse el Metropolitano. Con la visita del conjunto austriaco del Wiener Sport, el club rojiblanco homenajeaba al gran artillero, quien en aquella tarde vio vestirse a su lado a los madridistas Oliva, Molowny y Di Stéfano. Pudieron ser mas, dado que Escudero pidió que Miguel Muñoz también estuviera presente, pero el Real Madrid no permitió por decisión del entrenador que el mediocentro fuera de la partida.

A finales de mayo de 1956, el que se despedía ante su publico era el madridista Luis Molowny. Como rival se eligió el conjunto brasileño del Vasco de Gama, y nuevamente el homenajeado pidió la presencia de varios jugadores de otros equipos. Por parte rojiblanca acudieron el extremo Collar y el delantero Miguel, aunque no jugaron al mismo tiempo. En los últimos días de la temporada 58-59, el Atleti programó un amistoso contra el Botafogo. El conjunto brasileño estaba por Europa de gira y España fue una de los paradas del viaje. Con varios de los jugadores campeones del Mundo en Suecia el año antes, se presentó en el antiguo Metropolitano ante un conjunto rojiblanco que se reforzó con Puskas. El húngaro dio muestras de su facilidad para el gol y marco un doblete en el 4-6 con el cual acabó el partido. En septiembre de 1962 le llegó el turno a Jose Maria Zárraga, el capitán madridista. Éste, tras once temporadas vestido de blanco y conseguidos todos los títulos posibles, recibió su homenaje ante el Manchester United. A su lado formaron aquella noche los rojiblancos Rivilla y Mendoza. Para el día de Reyes de 1965 el homenajeado fue el defensa rojiblanco Alberto Callejo, quien tras trece años en el Atleti se había retirado. El rival elegido fue el Touluse, y para fortalecer al Atleti jugó en la delantera el madridista Amancio.

4. El epílogo

En octubre de 1972 el capitán rojiblanco Isacio Calleja, tras 14 años en el equipo, recibió su homenaje ante el conjunto argentino del Independiente de Avellaneda. A su lado varios jugadores de diversos equipos y entre ellos el capitán madridista Ignacio Zoco.

Collar, Miguel, Mendoza, Riera y Carlsson con la camiseta del Real Madrid.

Aquel fue el ultimo gran partido donde se intercambiaron jugadores entre merengues y colchoneros. Los tiempos habían cambiado y el sentimiento quedaba atrás al primar los intereses deportivos de los equipos. Los clubes no querían arriesgar a sus estrellas en simples amistosos jugando con otros equipos distintos al suyo. Ademas los jugadores solían tener sueldos y primas mas altos, por lo cual comenzaba a antojarse extraño la celebración de estos partidos salvo que estuvieran firmados en alguna renovación de contrato. En aquellos tiempos se dieron imágenes que hoy en día serian imposibles de ver, en parte por la negativa de los clubes y en parte por la presión de los propios aficionados. ¿Se imaginan ver vestido de blanco a Koke, Oblak o Luis Suárez para un partido homenaje a Benzema, o viceversa?