LIV – RM: La Gloria está en Saint Denis

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En París, en la Rue D’orsel, a apenas una manzana del Sagrado Corazón, en pleno Montmartre, hay un pequeño restaurante de esos que proliferan por doquier porque fusionan comida de casi cualquier rincón del mundo: italiana, española, japonesa, peruana, ecuatoriana… El restaurante se llama Gloria. La Gloria de verdad, hoy 28 de mayo, en París, se recogerá en Saint Denis, en el Stade de France, donde Liverpool y Real Madrid se enfrentan (21:00, La1 y Movistar Liga de Campeones) buscando coronarse como el mejor equipo de Europa de este curso.

Todos los ojos se depositarán en el estadio del extrarradio de París. Es, en un acontecimiento en el que se podría añadir solo al City, el mejor partido que se puede presenciar en este planeta, sin discusión. Al Bayern se le cayeron los palos del sombrajo demasiado pronto, y el Real Madrid, ese Real Madrid que no juega a nada y a quien hasta una parte muy importante de sus directivos y fieles achacan el estar en esta final a que «el Madrid es el Madrid» como si no jugara al fútbol, se ha ido cargando al favorito PSG, al hasta hoy vigente campeón de Europa Chelsea y al anteriormente citado Manchester City, una máquina de jugar al fútbol a quien el equipo de Ancelotti logró desarmar convirtiendo el final del encuentro en una jaula de grillos de la que sólo salen vivos los de blanco. Y gracias a ese Superpoder, aquí está, en París.

El partido es de los que apetecen ver. El Madrid no pierde una final de Champions desde 1981, en París y ante el Liverpool precisamente, y algún día, por mera estadística, le tiene que tocar perder una. Todos los madridistas andan paseándose canturreando la mítica frase de Arya Stark en Juego de Tronos: «Not today» («hoy no»). El equipo de Jürgen Klopp, mientras, se agarra a ese recuerdo y a las desaforadas ganas de venganza por lo sucedido en Kiev ante este mismo rival en la final de 2018, con el hombro de Salah saliéndose de sitio y con Karius saliendo en todas las fotos.

Tienen los reds a varios jugadores tocados: Fabinho, Thiago y, sobre todo, a un Salah a quien solo le mueve la vendetta, echándose sobre sí paladas y paladas de presión que habrá que ver si es capaz de gestionar después de haber visto que no está en su mejor momento físico. Ancelotti, mientras, podrá disponer de Alaba para el eje de la zaga, aunque con el italiano todos hemos aprendido de que en esto del fútbol no se trata sólo de el once que sale de inicio, sino de la utilización de los cinco cambios permitidos por LaLiga y por la UEFA en sus competiciones (en la Premier siguen siendo tres): esos cambios son capaces de darle la vuelta a cualquier partido. Por eso, aunque todo apunta a que Valverde será titular en detrimento de Rodyrgo, el universo fútbol ya sabe que cuando el brasileño entre al campo será para cambiar el rumbo de la finalísima.

Los cánticos de los aficionados reds y madridistas que invaden París resuentan por Montmartre, perturbando la tranquilidad del barrio más bohemio de Europa. A unos kilómetros de allí, la madre de todas las batallas futbolísticas de 2022 tendrá lugar cuando caiga el sol sobre una de las ciudades más bellas, pero también más inhóspitas (entre el tráfico, el clima, el carácter de los parisinos y la familia Mbappé), del mundo.