RM 5 – 3 Atlético: El Madrid sufre hasta la prórroga

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Ocho goles, poca defensa, errores defensivos groseros, partidazo de un Carvajal sublime… El Real Madrid derrotó tras prórroga (5-3) al Atlético en Riad la primera de las dos semifinales de la Supercopa de España, doblegando a su rival capitalino en un mes de enero plagado de enfrentamientos entre ambos conjuntos. Griezmann se convirtió en el máximo goleador de la historia del Atlético, pero eso no sirvió de nada ante la mayor contundencia blanca.

Ya saben que va a haber tres derbis madrileños este mes de enero. Uno en Liga en el Bernabéu, otro en Copa en el Metropolitano y éste Supercopero donde el viento da la vuelta gracias a Piqué y Rubiales. Y como el partido árabe pillaba tan lejos, Real Madrid y Atlético se tomaron el encuentro con una falta de tensión latente, sobre todo en la primera parte. Se vieron cuatro goles, pero sobre todo lo que se vio fue una falta de intensidad defensiva alarmante.

Más aún porque comenzó marcando el Atlético, en un córner en el que la defensa de los de Ancelotti pareció estar bailando la danza del vientre. Mario Hermoso se encontró el regalo y es algo que no tiene cura: no hay vacuna contra la ley del ex, un antiguo canterano blanco marcando a los blancos. 0-1 en el minuto 7, cualquiera pensaría que el autobús de Simeone iba a ser eléctrico y de dos pisos. Pero nada de eso.

El Madrid, alrededor de Modric (¡de Modric! Eso deja claro el ritmo del encuentro) comenzó a atrincherar a su rival en torno a Oblak. Y en un saque de esquina, otra vez, Savic perdió de vista a Rüdiger (el único capacitado para cabecear junto con Tchouameni) y puso el 1-1 en el marcador. Simeone estaría arrancándose los pelos. Un error imperdonable en un equipo que, se supone, está bien trabajado en defensa.

El tanto puso más en órbita al Madrid. Rodrygo tuvo una ocasión que salvó Oblak de milagro antes de que Ferland Mendy, un lateral izquierdo apareciendo como interior derecho, aprovechase para marcar en escorzo un centro de Carvajal que se le quedó corto. Con el 2-1 el Madrid comenzó a gustarse y Rodrygo, otra vez él, estuva a punto de materializar el tercero pero disparó a contrapie de Oblak y el meta del Atlético se disfrazó de pulpo para sacar con no se sabe qué parte de una pierna desparramada el remate del brasileño y dejar el balón manso a un metro de la línea de gol.

El Madrid perdonaba, y si la ley del ex es impepinable en esto del fútbol, eso de ·»el que perdona lo paga», también. Así que Griezmann aprovechó la blandura del Real Madrid en el centro del campo para encontrar espacio en la frontal y soltar un latigazo que sorprendió a Kepa, titular por delante de Lunin. 2-2. Cuatro goles. Lo nunca visto. Y Griezmann máximo goleador de la historia por delante de Luis Aragonés, 174 tantos. Así se llegó al descanso.

Todo lo entretenido que fue el primer acto fue de aburrido el primer tramo del segundo. Los dos equipos parecieron haber tomado jarabe de cloroformo en los vestuarios, porque el ritmo se desplomó, las defensas anduvieron más espabiladas y no pasaba nada, salvo un par de intentos de Rodrygo que logró desbaratar Oblak, el mejor del Atlético de largo. Simeone movió el banquillo, metió a Nahuel Molina y a Roro Riquelme… y el partido se desmadejó

Poco a poco, el Atlético fue dominando el juego, en medio de unas extrañísimas pitadas a Kroos (que entró por el desfondado Modric) cuando el alemán tocaba el balón. Con Griezmann afilando la cuchillería, el partido pareció decidirlo un error de Kepa, que saltó demasiado blando a un balón con Morata, el ex madridista le cargó, el meta perdió el balón, le rebotó en el pie y tras una parábola de esas en que caen con nieve, entró mansamente en la portería. Ahí nos sorprendimos todos. «Es una leyenda urbana que no se pueda cargar al portero en el área pequeña». Toda la vida viendo fútbol y tienen que meterle un gol al Madrid así para saber que es legal.

Aquello parecía sentenciado. Diez minutos para el final, el Atlético mejor en el campo. Pero apareció el Madrid de los milagros, porque en un ataque de furia, con Brahim pareciendo Pelé redivivo, consiguió empatar tras dos paradas milagrosas de Oblak, un despeje sobre la línea de un defensor atlético y un remate a la escuadra… de Carvajal. Sólo marcaban defensas madridistas, con los delanteros muy atascados incluyendo a Bellingham.

Así que había prórroga, la sexta consecutiva en partido de eliminatorias entre madridistas y atléticos. Por si fueran poco los tres partidos en un mes. Y el Madrid sentenció allí, con el Atlético tieso. Todo se decidió en el tramo final, con gol de Joselu tras rebote en Savic a asistencia de Carvajal, el mejor jugador sobre el campo, y con sentencia de Brahim en el último balón del partido tras ganarle una carrera a Oblak (sí, Oblak), que había subido a rematar un saque de banda a la desesperada. El Madrid ganó el Thrilla en Riad y está en la final supercopera.

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Yo vi jugar a Del Bosque, así que llevo unos cuantos años yendo al Bernabéu. Socio desde 1986, mis recuerdos van ligados al Madrid del Di Stéfano entrenador, el de los cinco subcampeonatos, que me forjó en madridismo ante los malos tiempos, y al de la Quinta del Buitre, la poesía y las pelotas hechas fútbol. Desde 1996 dando la barrila en esto del periodismo deportivo, aunque hace años que es mi hobbie y no mi profesión.