El desplome de la cantera (I): 2018, annus horribilis

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Raúl y Solari en el Cerro del Espino
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Ni siquiera pasa de puntillas entre los grandes medios de comunicación, que no cuentan nada. Ni qué decir tiene de lo que sucede en otros medios más modestos, incluyendo blogs, que tienen su contenido principal en lo que sucede alrededor del Real Madrid. Pero es un hecho. De los que escuecen, porque La Fábrica es uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta el Doce Veces (de momento) campeón de Europa. La cantera de fútbol, este año, no funciona. Un auténtico desastre de resultados que comienza con la paupérrima campaña del Castilla y acaba con la no presencia de ningún equipo de Valdebebas en ninguna categoría de la Nike Premier Cup, el prestigioso torneo de categorías inferiores.

La situación es mala, y no conviene llamarse a engaño. Ramón Martínez, director de fútbol del Real Madrid y encargado de la gestión de la cantera, ha tenido este año el apoyo directo y explícito de Raúl González, Adjunto a la Dirección General según reza en su tarjeta corporativa, y que el año que viene se sentará en el banquillo como entrenador del Juvenil B. Ellos dos, con el apoyo de Juni Calafat, encargado de la captación del talento internacional, son los responsables actuales de la delicada situación que atraviesa La Fábrica y los que tratan de revertir la situación, tras unos años en los que Casilla, Luca Zidane, Carvajal, Nacho, Achraf, Casemiro, Marcos Llorente, Lucas Vázquez y Mayoral, además del entrenador Zinedine Zidane, han logrado ir subiendo peldaños hasta llegar al primer equipo, cada uno con sus particularidades.

Pero ahora el panorama es diferente. La mala marcha de los distintos equipos canteranos provoca que augurar un hueco en la primera plantilla a alguno de los Cachorros de Valdebebas parezca una utopía. Muchos de ellos son sensacionales y aporrean la puerta, como han demostrado Miguel Baeza, entrenando con el primer equipo a sus 18 años, y César Gelabert, que ya ha disputado minutos con el Castilla cuando por edad su equipo debería ser el Juvenil B. O de Israel Salazar, el ariete del Cadete B que tan buena pinta tiene y al que se espera como agua de mayo. Otros, llamados a grandes cosas, han sido enterrados en la avalancha de pobres resultados y el nombre que comenzaban a labrarse está empezando a perderse en el recuerdo.

El Real Madrid tiene que darle un giro a la situación. El empecinamiento en traer talento suramericano a Valdebebas desde 2014, además, no ha dado ningún resultado, y queda demostrado una y otra vez porque los chicos no se adaptan a esas edades al cambio de continente, de costumbres, a separarse de su entorno y a tenerlo tan lejos. Lo único que hace es cerrarle puertas a chicos cuyo futuro está predestinado al fútbol de elite si se les respetan los tiempos y la formación. Sí, la cantera necesita una vuelta de tuerca porque está poniendo en un brete el proyecto del club.