La intrahistoria: el tercer «no» del Gallo

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Para llegar al tercer «no» del Gallo hay que trasladarse al mes de marzo. Florentino Pérez y Nasser Al-Khelaifi, presidentes del Real Madrid y del PSG respetivamente, hablaron de un posible fichaje de Neymar por el club madridista aprovechando la vuelta de la eliminatoria de octavos de final de Champions. «Todo tiene un precio. Cósto 222, traeme 330 y es tuyo: negocios», le dijo Al-Khelaifi. Un imposible. O eso pensaba el catarí. Porque el Madrid puso la maquinaria a funcionar a pleno rendimiento, para Florentino era Neymar sí o sí.

En un país asiático, Neymar padre y el Real Madrid se sentaron durante varios días en ese mismo mes de marzo, lejos de miradas indiscretas, para intentar alcanzar un acuerdo sobre el fichaje del brasileño este verano. El jugador, decía su círculo, estaba incómodo en una Liga menor como la francesa. Y aunque ganaba mucho dinero, su potencial comercial estaba lastrado. Allí se sentaron las bases de un acuerdo en el que la principal preocupación del Real Madrid era que el jugador cediera parte de sus derechos de imagen para poder hacer el fichaje viable. Y eso que hasta dos consultoras contratadas por el club blanco habían determinado del inmenso riesgo financiero de la operación. Uno de esos informes, de 26 páginas, señala textualmente en uno de sus párrafos que «una ficha superior a los 35 millones de € netos supondría un desequilibrio salarial en la plantilla que provocaría sucesivos reajustes que incrementarían de forma exponencial la deuda del club a medio plazo y su solvencia financiera». Pero el Madrid negocia para obtener parte de los derechos de imagen del jugador, la relativa a sus nuevos contratos, y cierra el acuerdo en  49 millones de euros netos al año de salario. Apretón de manos. Todo marchaba.

Crédito concedido

El Real Madrid solicita un crédito para el fichaje con un conocidísimo banco español para financiar el fichaje, y éste le es preconcedido. Al mismo tiempo, Cristiano Ronaldo, que había alcanzado en febrero un acuerdo para una mejora de su contrato, empieza a ver cómo los papeles nunca estaban listos para la firma. Al mismo tiempo, Zinedine Zidane es informado de los planes del club, desprenderse en verano de Cristiano Ronaldo para traer a Neymar. Pero sucede algo que nadie esperaba: Zidane se opone. «Si ganamos la Champions, creemos que Zidane se va a marchar», filtraba entonces personal del club diciendo cosas pero sin decirlas y mientras se movía alcanzando un principio acuerdo con un Pocchetino que incluso informó a los integrantes del vestuario del Tottenham de su futuro cambio de aires en verano.

La competición avanza, Cristiano la rompe en Champions (salvo en la final) y el Madrid se vuelve a proclamar campeón de Europa en Kiev. El portugués, cabreado por su no renovación y conocedor a través de sus empresas de representación, Gestifute y Polaris Sport, del acuerdo del Madrid con Neymar, se marca la rajada que se marcó en plena celebración, mientras Zidane aparece casi hasta melancólico, tanto en el césped de Kiev como en la fiesta del Bernabéu, repasen las imágenes. Pochettino, que pensaba que sería el recambio de Zidane si el Madrid no ganaba la Champions, cree que el triunfo blanco le deja sin opciones y renueva con un Tottenham que le presionaba.

Primera fisura en la junta

Y casi al mismo tiempo, se consuma la fractura. El Madrid le confirma a Zidane que la decisión de cambiar a Cristiano por Neymar está tomada y Zizou se mantiene leal a su forma de entender el fútbol y a su vestuario: dimite por eso, por mucho que quieran vestirlo de lagarterana. El Madrid le dice a Ronaldo que busque ofertas mientras cierra el fichaje de Lopetegui, y el portugués y Mendes juegan con el United y una presunta oferta de 90 kilos para que la Juventus alcance los 100 que reclama el Madrid para cuadrar todas las operaciones. Pero al mismo tiempo que pasa esto, parte de la junta directiva del Madrid no duda en mostrar su malestar ante Florentino Pérez por cómo se están haciendo las cosas, la primera vez que hay una fisura en tantos años. Ni gusta la marcha de Zidane, ni el trato dado a Ronaldo ni tampoco que se pretenda fichar a Neymar, porque consideran que es un jugador que atrae los problemas y por aquellos informes que desaconsejaban su fichaje. Si salía la cosa mal iban a tener que avalar con su patrimonio personal y disparar sin la pólvora del rey no es algo que le guste a la gente.

Puerta cerrada

Ronaldo alcanza el acuerdo con la Juventus mientras Brasil se despeña en el Mundial y se va de vacaciones. Y el Madrid lanza a Juni Calafat a Sao Paulo para cerrar flecos con Neymar: día de vuelta tras las vacaciones, acto de presentación… Y de repente, se encuentra con las puertas cerradas, cuando antes estaban todas abiertas. Calafat regresa con el rabo entre las piernas y el Madrid cambia su plan de acción: Vinicius, que tenía un billete de avión de vuelta a Brasil (sólo ida) para el día 20 de junio, se queda en la plantilla porque ahora hay que verle antes de decidir. Ya no hace falta el crédito preconcedido. Florentino Pérez pasa de hablar de «magníficos jugadores» en la presentación de Odriozola a «buenos jugadores» en la del propio Vinicius, programada media hora después el mismo día en que debía salir su vuelo de regreso a Brasil… Y mientras Al-Khelaifi aparece en Brasil solo 48 horas después de que Calafat abandone el país, apoyando las iniciativas de Neymar en su país y posando… con el padre del jugador, el gran comediante de una farsa que se ha extendido ya demasiado y en la que el perjudicado siempre viste de blanco.

Todo salió al revés, Neymar padre volvió a reírse en la cara del Real Madrid para conseguir lo único que le interesa: más dinero. ¿El tercer «no» del Gallo será el definitivo, o volverá el Real Madrid a por el brasileño otro año?