RM 4 – 2 GIR: El Madrid sube a planta

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No va a ser sencillo, ni mucho menos, porque el Madrid sigue adoleciendo de las mismas miserias que el resto de la temporada, aunque sea mucho mejor en el 75 por ciento del campo. Pero le cuesta matar los partidos, y también tranquilizarlos, por su manía en ser un desastre en las dos áreas. Ante el Girona, marrando ocasiones ante Iraizoz una detrás de otra y siendo extraordinariamente blando en área propia, tuvo la eliminatoria en el alambre hasta el minuto 77. Ramos y Benzema acudieron al rescate, porque encontraron por fin el anhelado gol, y la cosa se le pone bastante bien a los de Solari para acceder a semifinales. El Madrid, al menos, sube a planta y abandona la UCI. El Ajax decidirá si recibe el alta o hay que darle la extremaunción.

El Madrid empezó el partido más atolondrado que en los últimos tiempos, como si hubieran vuelto los fantasmas del pasado. Una veloz jugada del Girona tras un error clamoroso al alimón entre Odriozola y Lucas Vázquez le permitió al Choco Lozano marcar el 0-1 cuando el poco público presente en el Bernabéu ni se había sentado. Pero este Madrid es, al menos, distinto al de los tres últimos meses de 2018.

El tanto de los de Eusebio no desmadejó al equipo blanco, cosa que sí hubiera sucedido antes de los turrones. Apoyándose en Ceballos y Modric, con Benzema moviéndose perfectamente entre líneas y con Vinicius ejerciendo de polvorillas, desacertado pero polvorillas, controló el balón, el tempo y a su adversario. Por si las moscas, Odriozola, una suerte de Correcaminos (mic, mic), galopó por su banda y encontró a Lucas Vázquez para que los dos corresponsables del gol del cuadro gerundense elevaran las tablas al marcador, apenas once minutos después. Volver a empezar.

Y el Madrid volvió a mostrar una buena cara. Desarboló a su rival, apenas le dejó crear juego, llegaba una y otra vez ante Iraizoz… Pero entre Vinicius, que sigue eligiendo más veces mal que bien en los últimos metros, el poste izquierdo del Girona (que desvió un remate de Benzema) y la falta de acierto en el último pase, el equipo blanco se fue al descanso con 2-1 gracias a un gol de Sergio Ramos de penalti a lo Panenka, una pena máxima innecesaria cometida por Lozano sobre Vinicius.

Todo parecía rodado, y todo apuntaba a un paseo madridista en el segundo tiempo. Pero no fue así. El Madrid bajó la intensidad, Solari ayudó lo suyo metiendo a Kroos y a Llorente a hacer el rodaje en un partido con fuego real, perjudicando al equipo, y el canterano acabó de rematarlo cometiendo un penalti absurdo por manos que le permitió al Girona empatar con gol de Granell, otra vez la fragilidad defensiva a escena.

Pero cuando hace apenas unos días el pánico se hubiera adueñado de los de Solari, fue todo lo distinto. El Madrid se rehizo de manera asombrosa, Marcelo apareció para bien, Vinicius por fin encontró el timing para meter buenos pases y Sergio Ramos y Benzema, chas, chas, visto y no visto, dejaron la eliminatoria prácticamente encarrilada. No, no es el Madrid apabullante de otros tiempos. Pero ya no está en la UCI, le han quitado los tubos, come sopa y jamón york y mira al futuro con relativo optimismo.