RM 3 – 0 ALA: Vinicius el antiojeras

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¿Que el Madrid tiene mala cara? Vinicius. ¿Que hay ojeras? Vinicius. ¿Que las bolsas emergen bajo los ojos? Vinicius. El brasileño fue un soplo de aire fresco y vitaminado en el partido ante el Alavés (3-0), que a los de Solari les volvió a salir tedioso, como antes de Navidad, pero que él se encargó de dinamitar con un gran pase a Reguilón en el primero y marcando el segundo. Antes del trío de partidos infernales que vienen por delante, Vini ya ha dejado su sello: si alguien le reclama, él estará presto para alistarse y para aligearle las arrugas al equipo.

Contra el Alavés, el Real Madrid recuperó viejas sensaciones. De las de principios de temporada, vaya. Obviamente pensando en lo que les viene por delante, partidos consecutivos ante Barcelona (Copa), Atlético (Liga) y Ajax (Champions) fuera de casa, jugándose buena parte de los tres títulos, los de Solari hicieron lo que los que saben que van a cenar a un buffet libre: reservar espacio para el festín. Así que el Madrid, ay, volvió a jugar a un ritmo trotón insufrible.

Bien es cierto que este Madrid no es el de principios de temporada. Benzema está en un estado de forma sublime, fue el autor del primer gol del partido tras una combinación que inició Vinicius y continuó por Reguilón y el mejor jugador de los blancos mientras estuvo sobre el campo. Además, atrás Sergio Ramos ha recuperado el nivel de finales de invierno de todos los años: el capitán madridista dominó a Calleri por tierra, mar y aire, frustró todos los ataques del Alavés y no dejó un resquicio para que Courtois tuviera que preocuparse demasiado, y mira que Jony hizo un buen partido mientras tuvo gasolina.

Pero hubo también malas noticias: Modric estuvo triste y fallón, demasiado para lo que suele ser él, y Casemiro parece ahora mismo un peldaño por debajo de Marcos Llorente. Bale pasó inadvertido, y eso que Solari decidió ponerle por la izquierda en el segundo tiempo a ver si así espabilaba. Pero no. Ese cambio de banda con Vinicius, además, provocó que el Madrid pasara los peores momentos del partido en el segundo tiempo.

Sí, el Madrid no sufrió, pero cuando se miraba al espejo se veía resacoso y con ojeras, no exhuberante como en los partidos anteriores. Pero cuando más avejentado se veía, surgió Vinicius para revolucionar el partido. El brasileño tuvo veinte minutos descomunales, con regate, desborde, velocidad y, por fin, remate: suyo fue el 2-0 recogiendo un pase de Asensio que rebotó en un adversario antes de que lo introdujera en la red. Era el minuto 80, y al Madrid le costó cerrar el partido, como ante el Sevilla, aunque luego Mariano, que andaba desacertadísimo, embocó un cabezazo en planca tremendo para hacer el tercero en el alargue. Ahora llega la cuesta, que el Madrid encara lozano gracias a Vinicius.