Endgame. Casi al mismo tiempo que la última película de la triunfal saga de Los Vengadores llega a las salas de cine, Getafe y Real Madrid dirimen (21:30, Movistar Partidazo) un encuentro en el que se mide la euforia desatada del equipo azulón, que ahora mismo parece un Thanos que ha logrado acabar con 16 equipos en Liga para situarse cuarto y soñar con una placentera vida en Champions, con la depresión constante de los blancos: se le marchó el Capitán Portugal y, aunque ha surgido ‘Benzemán’ para liderar a los otrora 25 Fantásticos, ya nada es lo que parece. Y lo que es peor, ni lo que fue. Para empezar, porque matemáticamente LaLiga no la ganarán los blanquitos: Endgame.
En cualquier caso, el encuentro en el Coliseum es un partidazo, y conviene no olvidarlo. Las hazañas de Bordalás en el Getafe han tenido a buena parte del madridismo mirando de reojo al equipo azulón, y una parte de todos nosotros sonreiría profundamente si se clasifica para Champions, más aún si deja fuera de esa competición a los turras de Sevilla y Valencia. Si acaba sucediendo, Madrid tendría a tres equipos en la máxima competición futbolística mundial, algo absolutamente histórico y que merecería una celebración alocada.
Pero volvamos al partido de hoy y dejemos los cuentos de la lechera para más adelante, cuando tocan si es que tocan. Zidane tiene a su disposición a Keylor y Courtois por primera vez, y por ahí llega el morbo del partido. Si juega el Tico, la sensación es que Zizou habrá sentado sus reales a la puerta del palco para dejar claro que con los tres palos blancos no se juega. Si por el contrario lo hace Courtois, todas las informaciones de las últimas 48 horas que aseguran que el belga está sentenciado lo mismo tendrían que ser reescritas. En cualquier caso, Courtois, quién sabe por qué, se ha convertido en el chivo expiatorio de la primavera de 2019. Cierto es que no ha dado el nivel esperado (o sí, porque tanto en el Atlético como en el Chelsea le consideraban un muy buen portero pero no excelso, adjetivo que sólo ha utilizado la Prensa presidencialista de la mamandurria), pero entre él, Ceballos y Bale tiene la pinta, ahora mismo, de que acabarán pagando el pato del horripilante año.
Por lo demás, habrá que ver si Zizou apuesta por Bale desde el inicio, en un estadio en el que recibir una sinfonía de silbidos con cada balón que toque no será sólo potestad suya, sino también del resto del equipo porque el Madrid juega fuera de casa. Y hay que ver si Isco goza también de minutos como titular, condición que hace mucho tiempo que perdió y que no logra recuperar. Tampoco hay mucho más que rascar en el Madrid.
Porque lo importante será ver cómo se desenvuelve ante un equipo, el de Bordalás, que ni baila bien, ni lleva ropa a la última moda, ni emplea el mejor maquillaje, ni se preocupa por los aficionados de Kuala Lumpur, pero no hay nadie que pelee como él cuando se trata de disputar tres puntos. Si el Madrid sale con la pachorra habitual, el Getafe puede pasarle por encima como un avión, sin necesidad siquiera de ver terminar la película. Por muy Endgame que sea.
